Patologia
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En diciembre de 1987, Bundy fue examinado durante siete horas por Dorothy Otnow Lewis, profesora de la New York University Medical Center. Lewis lo diagnosticó como un maníaco-depresivo cuyos delitos ocurrían normalmente durante los episodios depresivos.5 Bundy le explicó con detalle su infancia, en especial su relación con sus abuelos maternos, Samuel y Eleanor Cowell. Según Bundy, su abuelo Samuel Cowell era un diácono de su iglesia. La descripción estableció a su abuelo como un tirano abusador, Bundy lo describió como un racista que odiaba a los negros, los italianos, los católicos y los judíos. Además, declaró que su abuelo torturaba animales, golpeando al perro de la familia y maltratando a los gatos de los vecinos. También le dijo a Lewis que su abuelo mantenía una gran colección de pornografía en su invernadero, donde, según sus familiares, Bundy y un primo se colaban a mirar durante horas. También dijo que Samuel Cowell montaba en rabia violenta cuando el tema del padre del muchacho era tocado por familiares que solían expresar escepticismo ante la historia que daba.6 Bundy describió a su abuela como una mujer tímida y obediente, quien ingresaba de forma esporádica a los hospitales para someterse a tratamiento por depresión.7 Hacia el final de su vida, Bundy dijo que se convirtió en agorafóbica.
Julia, la tía de Bundy, recordó un incidente perturbador que tu
vo con su joven sobrino. Después de recostarse para tomar una siesta, Julia se despertó rodeada de cuchillos de cocina de la familia Cowell. El pequeño Ted, de tan sólo tres años de edad, estaba al pie de la cama sonriéndole.9
Bundy usó tarjetas de crédito robadas para comprar más de 30 pares de calcetines mientras se escondió en la Florida. Él mismo se consideraba como fetichista de los pies.10
En enero de 1989, Bundy fue entrevistado por James Dobson una tarde antes de su ejecución. En la entrevista, Bundy dijo que la pornografía violenta desempeñó un importante papel en sus crímenes sexuales. Según Bundy, cuando era un niño encontró «fuera de casa, en el supermercado local, en una farmacia, pornografía suave... Y de vez en cuando encontraba libros pornográficos con contenido más explicito...».11 Bundy dijo: «Sucedió en etapas, poco a poco, mi experiencia con la pornografía en general, pero con la pornografía que presenta un nivel alto de violencia sexual, una vez que te vuelves adicto a ella, —y esto lo veo como una especie de adicción igual que otros tipos de adicción— comienzas a buscar todo tipo de material con cosas más potentes, más explícitas, más gráficas. Hasta llegar a un punto en el que la pornografía va tan lejos que comienzas a preguntarte como sería hacerlo en realidad».
Algunos investigadores creen que la permanente insistencia de Bundy en afirmar que la pornografía fue un factor contribuyente en sus crímenes, fue otro intento de manipulación. Una vana esperanza de impedir su ejecución diciéndole a Dobson lo que quería oír
En una carta escrita poco antes de su fuga de la cárcel de Glenwood Springs, Bundy manifestó: «He conocido a personas que irradian vulnerabilidad... Sus expresiones faciales dicen: “Tengo miedo de ti”. Estas personas invitan al abuso... Esperando ser lastimadas, ¿sutilmente lo fomentan?».
En una entrevista de 1980, hablando de la justificación en las acciones de un asesino en serie, Bundy dijo: «¿Qué es uno menos? ¿Qué significa una persona menos en la faz del planeta?».
Cuando los detectives de Florida pidieron a Bundy que les dijera en dónde había dejado el cuerpo de Kimberly Leach para darle paz a la familia, él supuestamente replicó: «Pero si soy el hijo de puta más duro que jamás han conocido».
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